Tomar un cafe como quien saborea un adictivo amargo
Un invasivo sabor acre,
Un entrometido gusto a cafe.
Como quien lo bebe por la mañana para poder despertar.
Endulzado por la tarde,
porque lo deseo azucarado.
Y descafeinado por la noche,
para gozar de las 88 constelaciones.
Hay un universo en el fondo de la taza de cafe.
Hay lunas que salpican tu cuerpo y cometas estallando entre tus labios.
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