miércoles, 3 de junio de 2020

Suicidio

Despertar y siempre tomar el café sin azúcar
Nunca encontrar el punto exacto de temperatura
El miedo a que el agua hierva y me queme
El pánico al azúcar hiper-calorica
Y mi deseo constante de dejarme caer
Lanzarme al vacío del olvido
Sumergirme en las profundidades del silencio
Cerrar los ojos hasta el impacto del adiós
Pero algo no me deja
¿Por qué no simplemente me dejo arrastrar por la corriente marina?
Algo me despierta en medio de la noche y el respeto por mi funeral suena, cavando las campanas, de una iglesia que jamás conocí
El adiós que seduce a la vida
La bienvenida a la oscuridad eterna
Por qué no puedo saltar de una vez por todas
Es el caos desencadenado a lo que le temo
Me retiene el efecto mariposa que se genera
La onda expansiva de dolor a mis allegados
Entonces se que no estoy solo, por más que así lo sienta.
Pero hay algo que me asusta, hay algo que me duele, algo que siempre está vacío.
Y otra vez vuelvo a tomar el mismo amargo y tibio café.

Polvo estelar

Me dijiste "Un placer coincidir en esta vida" alegando a un acto tierno y romántico, pero la frase completa concluía con tu adiós y mi mano en el corazón.
No era el día, de hecho nunca lo fue, jamás esta ciudad vio la luz del sol. Puramente rayos y relámpagos iluminando el cielo, fingiendo, tan falsamente, ser sol, ser fuego, pero no era más que electricidad en el aire, un breve instante de claridad. Jamás se ha visto al sol eliminar la oscuridad, porque aquí sólo reinan los espejismos, bellísimos espejismos de claridad entre las sombras.

Irrompibles

Fuimos dueños del mundo y con todos bajo nuestros pies. Fuimos la realeza mirando desde las alturas con soberbia al mundo, fuimos envidia de tantos y la bronca de muchos. Estábamos bajo la mirada de las estrellas y gozamos al fusionar nuestras llamas en un destello que solía arder.
Nos creímos irrompibles, invulnerables, impermeables al hechizo de la existencia.
Y con el mundo a nuestros pies nos juramos un futuro que atamos con cenizas de lo que fue. Nos creímos brujos del destino, jugando al hilo rojo, haciendo alquimia en nuestros deseos.

Sopla el viento, y la inmensa tempestad me sorprende en soledad, en caminos opuestos y con el tiempo se distancian hasta atravesar océanos; Yo y mi realidad, vos con la tuya.
Sopla el viento y todo lo que un día soñamos se apago, me gano la rutina y a vos las ganas por vivir. Pudo mas el miedo que el amor, y el amor hoy se convirtió en un recuerdo vago cargado de ideales.
Sopla el viento cuando acudo al recuerdo escudante ante el vacío de la rutina apática que se vuelve insoportable.
Sopla el viento y un santuario de arena nos dicta sentencia, es cuando ya muere el beso en manos del reloj.