jueves, 20 de enero de 2022

Limite

 Hace una semana conseguí mi documento, y mientras vuelvo a casa me pregunto qué es el cariño cuando se disfraza de batallas por ganar. 

Qué hay atrás de tu necesidad por las medallas de mi salvación. Supongo que nunca te importe lo suficiente, porque nunca te importó nada más que vos. Y lo que veías en mí, era todo lo que podías salvar, lo que podías redimir, las culpas que podías expiar. ¿Necesitas mi vergüenza para reclamar tu orgullo?

Hace una semana no conseguí una mierda, porque acá esta todo igual, porque en casa siempre llueve y hace calor. 

Que combinación tan molesta y desagradable, que histeria me da la humedad. Aunque todo mejora cuando el calor se va, y vuelvo a caminar sobre el otro extremo borde, en donde este momento simplemente me resulta esplendido. Y vuelve a hacer calor, y no le creo nada a nadie, y todos mienten, y todo me irrita; el trabajo, la obra social, el alquiler y tu estúpida hipocresía. Tu falsa cercanía, tu cordial maquillaje podrido y tus palabras coloridas tan vacías.

Hace una semana que sigo buscando despertar alguna emoción en algún sentimiento, pasando por las calles que alguna vez pase, repitiendo viejos rituales, fumando en alguna parada de colectivo en la que me refugie para no volver a mi casa (porque cualquier lugar era mejor que volver a casa).

Hace una semana que sigo renegando de mí mismo, y hace una vida que sigo peleándome contra el mundo para convencerme de que nadie lo vale.