jueves, 9 de mayo de 2019

La orquesta narcisista.

Un Do sostenido en el estomago,
Anudado entre cuerdas desafinadas,
Esperando que el aliento del tiempo
Calme las ansias del control que no tengo.

Ochenta minutos de repetido acorde
Suena hasta mi garganta,
Rechazando ser cobarde,
Reprimiendo el fantasma que habita la casa abandonada.

Cuerdas cortadas
Despedasadas
Totalmente silenciadas,
Silencio y desaliento.

La calma antes de la tormenta,
La ausencia del todo preparando la nada,
Energía que es potencial,
Y las ganas de un Si cuando se tiene un Re que es Mi.

El llanto del que no ve,
El grito del que no habla,
El corte del que no siente,
Y la muerte del que no vive.

La catástrofe y el derrumbe,
El rayo que no es luz,
La orquesta sin director
Y cinco dedos en un piano que suena desgarrado.

La falta de control,
Dirigida por un sátiro director,
Regida por un severo dictador,
Manejada por un Yo que es mi Superyó.

La humillación por el miedo,
La vergüenza de no crecer,
El juego del amo y del esclavo,
Y de la opera el grito final
"Independencia, autosuficiencia, desequilibrio relacional".

Soledad, seductora y mortal.

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